Toquen la trompeta de arrepentimiento: “Regresen a Dios”
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.” (Dn. 12:3)
Dando gracias a la Madre por su amor y gracia, llevaré a cabo hasta el final la misión que Dios me ha encomendado. ¡Madre, la amo!
Por eso estoy seguro de que el evangelio en África se cumplirá rápidamente.
Nosotros, que hemos despertado a través del amor y la gracia eterna, alumbraremos la luz de la salvación brillantemente según las rofecías.
¡Padre y Madre celestiales, por favor reciban gloria eterna de todas las naciones!
11ma. Ceremonia de Premiación de Literatura Melquisedec
48.º Grupo de Visita del Extranjero
Culto de Inauguración de la Iglesia de Dongnimmun, Seúl
Una alegre fiesta para proclamar a la Madre celestial a todas las naciones del mundo