Del 20 al 22 de septiembre, los miembros de la Asociación de Gyeongbuk de la Iglesia de Dios, apoyaron la obra de restauración en el área afectada por el tifón en Namyang-ri, Seo-myeon, en la isla Ulleung.
ⓒ 2005 WATV
El 14to. tifón “Nabi” golpeó las islas en el Mar Oriental y la zona de Yungnam. La isla Ulleung sufrió graves daños. La isla ha sido golpeada por constantes tifones durante 3 años. Cuando ocurrió el tifón Songda en septiembre del año pasado, 70.000 toneladas de tierra y piedras cayeron sobre una carretera que conecta el oeste y el norte. Ya que la carretera fue bloqueada con piedras y tierra, los 1.800 residentes fueron aislados durante una semana. También fue seriamente damnificada por el tifón Maemi en septiembre de 2003.
Antes que se restaurara la zona damnificada por el último tifón, este año el tifón Nabi los golpeó de nuevo; las carreteras quedaron bloqueadas y la comunicación desconectada. La Asociación de Gyeongbuk de la Iglesia de Dios escuchó la noticia y decidió enviarles consuelo y apoyo a las víctimas para que restauren su aldea. Prepararon cosas indispensables para la vida equivalente a diez millones de wones, como ropa, vajillas, tazones, cucharas y también agua, productos de limpieza y pasta dental, ollas arroceras, planchas, radios, teléfonos y ventiladores.
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El 20 de septiembre, los voluntarios, que eran todos miembros fuertes, llegaron a la isla Ulleng con implementos necesarios. Tan pronto oyeron las noticias de los daños, la Asociación intentó enviar voluntarios, pero llegaron una semana tarde debido al cambio de clima. Primero visitaron la oficina del pueblo y oyeron de Oh Chang–geun, jefe de la oficina del pueblo, todos los daños que habría sufrido la isla. Él proveyó el transporte, diciendo: “No es fácil traer consuelo a una isla, sin importar lo cerca que uno viva. Muchas gracias por venir con camiones llenos de consuelo”.
Los voluntarios fueron a Namyang-ri, la zona más afectada. El daño era más serio de lo que se esperaba. Los autos estaban dispersados, cubiertos con tierra, como hojas de papel desmenuzadas. Los ríos principales de la isla (río Namseo y río Namyang) también fueron cubiertos con tierra y arena. Las casas, la municipalidad, el almacén público y calamares secos estaban todos cubiertos de lodo. La escuela también estaba llena de tierra y arena. Los campos habían perdido su forma.
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Los voluntarios pudieron imaginar fácilmente lo que había sucedido con los residentes cuando el tifón golpeó la aldea. Según los testigos, la situación en ese tiempo era muy terrible. Un anciano escapó del río crecido pero no logró sostener la mano de su esposa. Otro hombre dijo que cuando su esposa y él eran arrastrados por la rápida corriente, su esposa sobrevivió al ser atrapada por los árboles y él sobrevivió agarrándose de un poste del telégrafo. Pero lloró diciendo: “Ojalá hubiera muerto en ese momento. Mi nuevo local de calamares, que costó 300 millones de wones, quedó sepultado”. Un residente suspiraba, mostrando algunos tazones de sus vecinos, y dijo que había perdido todo incluyendo su casa y su campo. Los estudiantes y profesores perdieron su escuela. Los voluntarios enmudecieron al escuchar sus tristes historias.
Los voluntarios se reunieron en las salas del segundo piso de la oficina municipal. El jefe de la oficina municipal y el jefe de la aldea les pidieron que limpiaran la tierra y la arena que había en los lugares donde la maquinaria no llegaba. Los voluntarios limpiaron la tierra y la arena que había entrado en el municipio, el almacén público y los locales de calamares. Incluso limpiaron un alcantarillado de casi 100 metros, que era tan estrecho que solo una persona podía entrar.
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Los voluntarios trabajaron con fuerza y con amplias sonrisas, y la aldea quedó limpia al deshacerse de la tierra y la arena. Los residentes se veían muy contentos. Los funcionarios de la oficina municipal se sorprendieron con los miembros que hicieron tantos trabajos silenciosamente como si fuera su propio trabajo. Les agradecieron, diciendo: “Aunque la isla Ulleung fue seriamente damnificada, poco voluntarios vinieron porque es una isla. Les agradecemos mucho por venir a este lugar que está tan lejos y por hacer estas obras como si fuera su propio trabajo”.
En el tercer día, trabajaron todavía más fuerte. Se apresuraron en la mañana porque tenían que regresar en la tarde. Trabajaron sin descansar hasta la hora establecida. No pudieron tomar el barco hasta muy tarde, porque el barco regresó con retraso debido al clima. Llegaron a tierra 5 horas después de haber tomado el barco.
Después de terminar esta obra, dijeron: “Los residentes de la isla Ulleung sufren a causa de los tifones año tras año. Deseamos que se animen y vivan con esperanza”, “Damos gracias a Dios por permitirnos compartir el amor y la esperanza con nuestro prójimo”.
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La aldea de los residentes de la isla Ulleung ha sido restaurada por los voluntarios. Sin embargo, las preciosas pertenencias que perdieron por el tifón y el granizo nunca volverán. Antes que todas las personas del mundo, incluyendo los residentes de la isla Ulleung, pierdan sus preciosas pertenencias en los desastres, prediquemos el nuevo pacto con la cual podemos ser protegidos por Dios.