ⓒ 2003 WATV

El día 29, a las 5 y quince minutos de la tarde, Kara Silva estaba sumamente nerviosa. Era la primera vez que veía tan larga la pista de carreras. Aunque decidió esforzarse al máximo, consuela su corazón pensando: “Tan solo poder participar en la final es un gran éxito”, pero tiene el rostro pálido. Siente hasta los huesos la soledad única propia del atletismo.

Pero al entrar en la pista de carreras, no dejó de sorprender a todos. Decenas de alentadores Aurah de la Iglesia de Dios, en un lugar del principal estadio de las Universiadas, estaban alentándola, con la bandera del Perú en las manos, y gritando su nombre “¡Silva! ¡Silva!” Al final, se oyó la señal, junto con el anuncio de la “carrera final de 5 mil metros para mujeres”, y Silva corrió con toda su fuerza, apoyándose en la ovación de los alentadores. Aunque obtuvo el puesto número 12, dio gracias sinceras a los alentadores, prometiendo ganar la próxima oportunidad.

En nombre de los alentadores para el Perú, el presidente Choi consoló al señor Eduardo Ramírez Rench, delegado de grupo, entregándole un ramo de flores para darle la bienvenida, diciendo: “Tuvimos muchas dificultades para realizar las actividades de los alentadores, pero deseamos que nuestro pequeño esfuerzo sea una ayuda para los jugadores peruanos”. Al darle la bienvenida gritando “We Love You” con el gesto “WE♥U”, los jugadores peruanos también respondieron mostrando la forma de corazón sobre su cabeza.

El delegado Rench respondió: “Estoy muy feliz de encontrarme con personas tan gentiles aquí en Corea, aunque el idioma y la costumbre son distintos”. “Estaba muy emocionado por la sorprendente bienvenida en el aeropuerto, y además nos dieron ánimo. Les doy muchas gracias.” También dijo reiteradamente: “Nunca lo olvidaré cuando regrese al Perú”.

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El entrenador de voley, Man Bok Park, quien elevó el equipo de voley femenino del Perú en las décadas de los 80 y 90 del nivel más bajo del mundo al primer puesto en el mundo, participó en la cena como sub-delegado del equipo peruano. El entrenador Park no pudo esconder su sorpresa, diciendo: “He participado hasta ahora 8 veces en los Juegos Olímpicos, pero es la primera vez que veo esta actividad de alentar con todo el corazón, encargando a cada uno un diferente país, como en estas Universiadas de Daegu”.

La atleta Silva, que corría en medio de los alentadores en el juego final de 5 mil metros de mujeres, dijo: “Aún recuerdo la pancarta luminosa de la ceremonia de inauguración, como si lo viviera otra vez”. “Estoy muy agradecida porque pude lograr un resultado satisfactorio gracias a los alentadores.”

Los jugadores peruanos, que estaban alegres cantando durante toda la cena, mostraron su especial pasión y pureza sudamericana. Los jugadores gritan naturalmente “O-mo-ni” (Madre) en vez de “Cheese”, cada vez que les tomaban fotos, gracias a los alentadores que les enseñaron la palabra “Madre”, para que regresaran a sus países después de sentir el amor de la Madre en Corea. Estaban muy felices haciendo el gesto de WE♥U constantemente.

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El entrenador Man Bok Park se alegró, diciendo: “No solamente yo estoy muy emocionado, sino también los jugadores, al ver las barras en orden y muy organizadas”. “Si los jugadores, emocionados por los alentadores, contaran esto a la gente del Perú, sería una buena publicidad para Corea.”

Como dijo el entrenador Park, las obras sinceras de los alentadores dieron una muy buena imagen de Corea al corazón de los jugadores peruanos, como “Corea, país amable y cálido”. “¡Perú y Corea, Países Amigos!” Esta pancarta describía el ambiente de este día.