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P. Algunos insisten en que no hay necesidad de guardar las leyes como el día de reposo y la pascua en los tiempos del Nuevo Testamento, porque fueron abolidas después de Jesús. ¿Existe algún antecedente bíblico que sustente su insistencia?

R. En lo que se refiere a las leyes, muchos malinterpretan que esto solo se aplica a los israelitas de los tiempos del Antiguo Testamento. Ellos dicen que no hay más leyes que observar en los tiempos del Nuevo Testamento, en que recibimos la gracia incondicional de Dios a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Sin embargo, esto es diferente de lo que la Biblia enseña.

La ley de Moisés y la ley de Cristo


Hay dos clases de leyes en la Biblia: una es la ley de Moisés, que fue dada por Dios por medio de Moisés, y la otra es la ley de Cristo –la ley del nuevo pacto–que fue establecida por Jesús. La ley de Cristo es la ley hecha perfecta por Jesús.

En los tiempos del Nuevo Testamento, Jesús ha cumplido y renovado la ley del Nuevo Testamento.

Mt. 5:17 『No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.』

La ley de Moisés estuvo profundamente relacionada con las bendiciones físicas para los israelitas, y fue válida hasta la aparición de la ley del nuevo pacto, la cual garantiza la salvación de las almas (Gá. 3:24-25). El apóstol Pablo comprendió este hecho, por eso no cumplió la ley de Moisés, y en lugar de esto siguió la ley de Cristo.

1 Co. 9:20-21 『Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.』

Aquí, los que están sin ley se refiere a los judíos que siguen la ley de Moisés. Por eso, cuando Pablo dijo que no estaba bajo la ley, quiso decir que no guardaba la ley de Moisés. Por el contrario, cuando dijo que estaba bajo la ley de Cristo, quiso decir que guardaba la ley de Cristo.

Como se indica líneas arriba, la ley también existe en el Nuevo Testamento.

Si la Biblia dice que la ley es abolida, esto no significa que todas las leyes hayan desaparecido, sino que ha sido abolida la ley del tiempo del Antiguo Testamento.

La ley de Cristo, como el cumplimiento de la ley de Moisés, es la ley que debemos guardar en esta época.

He. 7:12 『Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.』

En los tiempos del Antiguo Testamento, los israelitas guardaban el día de reposo sacrificando corderos según la ley de Moisés, y en los tiempos del Nuevo Testamento su reglamento fue cambiado; nosotros guardamos el día de reposo adorando a Dios en espíritu y en verdad. En cuanto a la pascua, la celebramos con pan y vino simbolizando el precioso cuerpo y la sangre de Jesús, que es la realidad del cordero de la pascua, en lugar de sacrificar corderos. De este modo, los reglamentos para guardar el día de reposo y la pascua han cambiado; el día de reposo y la pascua en sí mismos no han desaparecido. Por eso la Biblia testifica que el pueblo de Dios, que está de pie contra Satanás el diablo en los últimos días, obedece los mandamientos de Dios.

Ap. 12:17 『Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.』

Ap. 14:12 『Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.』

Los mandamientos de Dios son la ley de Cristo, que Jesús ha cambiado y completado. Los que guardan esta ley de Cristo son el verdadero pueblo de Dios, que será salvo en los últimos días. Dios reconoce como su pueblo a los que tienen su ley en su corazón, y les promete la salvación.

Dios salva a los que guardan sus leyes


Dios reconoce como su pueblo a los que tienen su ley en su corazón, y les promete la salvación.

Is. 51:7-8 『Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos.』

Sin embargo, en cuanto a los que no obedecen la ley de Dios, hasta sus oraciones son detestables delante de él.

Pr. 28:9 『El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.』

En todas las épocas, la ley de Dios es la manera de recibir las bendiciones de Dios, por eso debemos obedecerla. Sin embargo, Satanás ha estado tratando de abolir la ley de Dios desde el huerto del Edén, para impedirnos guardarla, y hasta ahora sigue inventando malvados planes para abolirla.

Dn. 7:25 『Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.』

El día de reposo del séptimo día, que conmemora el poder del Creador, fue cambiado al domingo, el día de culto del dios sol, en 321 d. C. Después, el 25 de diciembre, el día del nacimiento del dios sol, fue establecido como el día de nacimiento de Cristo.

Por esta razón, lo que Dios no ha ordenado es desafuero, un mandamiento creado por los hombres. Todos los cristianos que quieren ser salvos por Dios deben obedecer la ley de Cristo, que son los perfectos mandamientos que Dios nos ha dado en esta época, en lugar de los mandamientos creados por los hombres.

Amemos los mandamientos de Dios más que el oro muy puro


Sal. 119:127 『Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro.』

Dios vino a esta tierra por segunda vez para restaurar la ley de Cristo, que fue abolida por Satanás (He. 9:28). Por tanto, como hijos del cielo, debemos comprender la ley de Cristo, que Dios ha restaurado sacrificándose hasta la muerte, y también debemos comprender el sublime amor de Cristo contenido en ella. Además, debemos amar la ley de Dios más que el oro muy puro y guardarla como David, para poder mostrar la justicia de Dios a todo el mundo.