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Ninguna parte de los sermones en texto puede ser imprimida o difundida. Por favor, grabe en su corazón lo que ha entendido, para compartir la fragancia de Sion.

Los obstáculos de Satanás y la victoria de Dios

Ahora el evangelio está siendo predicado al mundo entero, desde el oriente hasta el occidente. La obra de Dios se completará rápidamente a su debido tiempo. Cuanto más se acerca ese momento, más fiero se vuelve Satanás para infamarnos. Nosotros, como pueblo de Dios, podríamos sufrir ahora más pruebas, aflicciones, persecuciones y tentaciones que nunca.
Veamos, a través de la Biblia, cómo Satanás difama la verdad de Dios, y cómo Dios obtiene la victoria sobre él al final (Ap. 18); así, podremos vencer con la fe firme y mucho gozo.

La Biblia profetiza que Dios vencerá los obstáculos de Satanás y que lo derrotará al final. Sin embargo, en el proceso de la victoria se presentan con frecuencia una infinidad de momentos críticos. Ustedes y yo, que vivimos en estos últimos tiempos, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por correr la carrera de la fe con una fuerte confianza, hasta el momento en que se abra la puerta del reino de los cielos.

Dios dijo:"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". Aferrándonos a esta esperanzadora promesa, salvemos los obstáculos del diablo confiando en Dios.


Los apóstoles de Cristo y los obreros fraudulentos

En la actualidad, existen innumerables iglesias en el mundo. Externamente, se muestran como iglesias establecidas para servir a Dios; colocan cruces y claman a la gente:"Vengan a nuestra iglesia a escuchar el evangelio de Cristo". No obstante, las enseñanzas de Dios escritas en la Biblia, nos permiten darnos cuenta de que requerimos saber si ellos siguen la voluntad de Dios o no, es decir, si basan sus enseñanzas y obras en la Biblia o no.

Desde la creación del mundo, el diablo (nuestro enemigo) procura constantemente engañar de muchas formas a todos los hombres y, si fuera posible, aun a los escogidos.

Ahora, veamos cómo el diablo pone obstáculos a los hijos de Dios para llevarlos a renunciar a su fe.

2 Co. 11:13-15 『Porque éstos son falsos profetas, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.』

La Biblia dice que no es extraño que los ministros de Satanás se disfracen para parecer ministros de justicia. Cuando Satanás y sus siervos se nos aproximan, disfrazados como ángeles de luz y ministros de justicia, tenemos que distinguir si sus enseñanzas y obras son verdaderas o falsas. Esto es muy importante.

¿Por qué, pues, los ministros de Satanás se disfrazan como ministros de justicia? Su único propósito es engañar y conducir al infierno a la gente, y también a los escogidos. Si ellos revelaran su identidad satánica, nadie creería en ellos. Para mostrarse como ministros de justicia, utilizan a menudo las expresiones"amamos a Dios","debemos amar a nuestro prójimo","nosotros seguimos las enseñanzas de Cristo".

Veamos qué dijo Jesús con respecto al hecho de que se disfracen como ministros de justicia y conduzcan a las almas hacia la muerte.

Mt. 23:13 『Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.』

Los ministros de Satanás, disfrazándose como ministros de justicia, cierran el reino de los cielos delante de la gente, pues ni entran ellos, ni dejan entrar a los que están entrando. Los que guían a la gente al reino de los cielos, son los ministros de Dios, y no los de Satanás; estos últimos no se conforman con no entrar, sino que tampoco permiten que entren los que están entrando. Ellos se disfrazan como ministros de justicia.

Cuando estemos conscientes de este hecho, podremos rescatar a nuestros hermanos y hermanas de la trampa de Satanás y guiarlos a la verdad. Necesitamos criterio y fe firme. Cuando nuestra fe se haga firme y constante, Dios abrirá nuestros ojos espirituales para ver, nuestros oídos para oír y nuestras mentes para entender, de manera que no seamos engañados por Satanás aunque sus ministros se disfracen como ministros de justicia.

Veamos cómo los ministros de Satanás, ocultan el reino de los cielos de los ojos de la gente.

Mr. 7:6-7 『Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.』

Los ministros de Satanás utilizan las reglas humanas para alejar de Dios a la gente, es decir, para cerrar el reino de los cielos delante de ellos.

Valiéndose de los mandamientos de los hombres, hacen que los llamados cristianos ignoren las leyes de Dios y adoren al dios sol, abominable ante Dios; la puerta del reino de los cielos se cierra delante de ellos, y sus corazones se apartan de Dios. Si hubieran sido enseñados por los ministros de Dios, habrían guardado los mandamientos de Dios y se habrían acercado a él, corriendo en dirección al reino de los cielos.

Hay aún muchas almas engañadas por los ministros de Satanás, que siguen el camino de la muerte. No debemos dejar solas a esas almas, sino hacerles conocer quiénes son los ministros de Satanás y cuáles son sus confabulaciones. Los que ya han sido engañados, piensan que los ministros de Satanás también creen en Dios, porque hablan de Dios y de la Biblia, disfrazándose como ministros de justicia. Pero si ponemos un poco de atención a lo que dicen, podemos ver fácilmente que hablan falsedades completamente opuestas a lo que dice la Biblia.

Los ministros de Satanás aparentan honrar a Dios de labios; no obstante, lo que en realidad hacen es engañar a la gente con mandamientos de hombres e incitarles a adorar a Dios en vano. Abramos nuestros ojos y miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas personas han sido engañadas! No nos limitemos a observarlos, sino anunciémosles qué es falso y qué es verdadero.


Háganles discernir la verdad de la falsedad

Ahora debemos dar a conocer a las personas que no disciernen la verdad de la falsedad, la real identidad de Satanás, que se disfraza de ángel de luz. Muchos siguen los mandamientos de hombres que han aprendido y, confundidos, piensan que adoran a Dios y que irán al reino celestial al guardar esos mandamientos. Nosotros debemos guiarlos a Dios.

Sal. 14:1-3 『Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.』

No hay quien haga lo bueno o quien busque a Dios, porque todos han sido enseñados por los mandamientos de los hombres. ¿Quién, entonces, podrá entrar en el reino del cielo? Ninguno que haya sido engañado por los ministros de Satanás, puede imaginar que está cerrando el reino de los cielos, pues honra a Dios con sus labios. Por cientos de años, un sinfín de personas han sido enseñadas por mandamientos de hombres, cayendo en el engaño de los ministros de Satanás y creyendo firmemente que irán al reino celestial gracias a los mandamientos de los hombres, como la Navidad, el servicio dominical y la veneración de la cruz.

Despertar sus mentes puede resultar muy difícil, pues Satanás los ha tenido atados por mucho tiempo. Pero Dios está con nosotros; él dijo que la verdad saldría victoriosa sin falta. Confiando en esta palabra, tenemos que despertarlos con diligencia.

La Biblia dice que todos los hombres se han corrompido a una, por haber sido engañados por Satanás, y que no hay quien haga lo bueno, ni siquiera uno. Por otro lado, también dice que Dios ha dejado un pequeño número de personas.

Ro. 11:2-5 『No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. […] Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.』

Entre innumerables personas como la arena del mar, Dios se ha reservado a algunos justos que no doblaron las rodillas ante Baal. Aunque son muy pocos, han de resistir a los ministros de Satanás que se disfrazan como siervos de justicia y cierran el reino de los cielos con los mandamientos de hombres.

Esta manada pequeña confía completamente en Dios con una fe firme en él, lo cual les permite luchar contra los poderes de Satanás."Si debo abandonar mi vida por seguir la voluntad de Dios, moriré por seguirla". Sin este resuelto espíritu de los mártires, ¿cómo podremos nosotros, la manada pequeña, resistir a los que están de parte de Satanás, que son como la arena del mar?

Consideren cómo Gedeón ganó la batalla en tiempos antiguos. Él confió absolutamente en Dios, para que él y sus 300 guerreros pudiesen vencer a 135 mil hombres. Con una fe muy fuerte, se lanzaron a la base enemiga, armados tan solo con antorchas y trompetas. Su firme fe les hizo ganar la batalla.

Como los guerreros de Gedeón, debemos tener una fe cada vez más firme cuando vemos que el día se acerca. Una vez que tengamos una fe y un espíritu tan firmes, nosotros, la manada pequeña de Dios, podremos resistir a los ministros de Satanás disfrazados como ministros de Dios.

En los días de Elías, Dios se reservó a siete mil que no habían doblado las rodillas delante de Baal. Igualmente, en el presente hay un remanente escogido por gracia.

Ap. 12:17 『Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.』

Al ver que el dragón (el diablo) luchaba contra la descendencia de la mujer, concluimos que ellos son los justos, los que guardan los mandamientos de Dios.

Esta revelación muestra lo que tendrá lugar en los últimos días. Podemos ver que Satanás reina sobre un número incalculable de personas como la arena del mar. Los mandamientos de los hombres son armas que los ministros de Satanás emplean para bloquear la puerta del reino de los cielos. No obstante, los que permanecen al lado de Dios, guardan sus mandamientos constantemente y tienen el testimonio de Jesucristo, resistiendo así al diablo.

Del lado de Satanás está una gran multitud de personas como la arena del mar. No obstante, Dios ha prometido otorgarnos la victoria a nosotros, su manada pequeña. La victoria que Dios nos ha prometido nos es dada por nuestra invulnerable fe. Satanás no podrá hacernos caer por más que lo intente, mientras tengamos una fe inamovible; y al final ha de ser vencido.

Ap. 14:8-12 『Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, […] Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, […] y será atormentado con fuego y azufre […]; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.』

La Biblia dice que los que se embriagan con las doctrinas de la bestia, beberán del vino de la ira de Dios; y también dice que aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. La paciencia les da la victoria.


La victoria prometida a los que guardan los mandamientos de Dios

Hoy en día, vemos con frecuencia a los ministros de Satanás trabajando a nuestro alrededor. Son muchos, y no es fácil diferenciarlos de los ministros de Dios.

Durante más de mil años, los ministros de Satanás, disfrazados como ministros de justicia y como ángeles de luz, han estado engañando al mundo, escarneciendo y persiguiendo a los ministros de Dios, los hijos de Dios, que guardan sus mandamientos. Al haber tenido al mundo engañado tanto tiempo, han hecho que sea casi imposible despertar rápido a la gente del engaño espiritual. Pero esto será posible gracias a la inalterable fe de los hijos de Dios, quienes guardan los mandamientos de Dios. Solo por medio de su fe firme y su paciencia, vencerán a Satanás y cambiarán al mundo.

Aunque nuestro enemigo el diablo esconde la verdad con toda clase de conspiraciones, Dios no resulta afectado, pues lo considera nada.

Is. 40:14-17 『¿A quién pidió consejo para ser avisado? […] He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. […] Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.』

Satanás y sus ministros, junto con incontables personas como la arena del mar, luchan contra Dios y persiguen a sus hijos. Pero Dios los estima en menos que nada, y que lo que no es.

Cuando nuestra fe es débil, los ministros de Satanás nos parecen más fuertes que nosotros, y llegamos a temerlos. Sin embargo, Dios ya ha mostrado, mediante la historia de la iglesia primitiva, que son menos que nada. Muchos emperadores, políticos y líderes religiosos escarnecieron, afligieron y amenazaron a los santos de la iglesia primitiva. Pero cuanto más perseguían a los santos, más fuerte se hacía la fe de estos, y la iglesia crecía y prosperaba; porque Dios, que estimaba en menos que nada a todas las autoridades influyentes del mundo, estaba con ellos.

Por eso nosotros, que vivimos en esta última época, no tenemos por qué temer. En cambio, debemos predicar con diligencia el evangelio de la verdad a los hombres, enseñándoles a conocer la verdadera identidad de Satanás y sus ministros, que obstaculizan el evangelio de Dios y devoran las almas de los hombres.

Ellos engañan a la gente haciéndoles creer que lo que guarda o celebra el pueblo de Dios, no es verdad. Aunque obstaculicen nuestra predicación del evangelio, tenemos que guardar nuestra fe en Cristo, obedeciendo los mandamientos de Dios y confiando en él con paciencia.

Los falsos profetas están agitando al mundo entero a pelear contra Dios. Pero cuanto más crezca el poder de Satanás, más fuerte debe ser nuestra fe; porque Dios dijo que ellos son menos que nada. Nuestra misión consiste en encontrar cuanto antes a nuestros hermanos y hermanas perdidos, y guiarlos a Sion; no debemos olvidarlo nunca.

Sal. 2:1-9 『¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido […]. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. […] Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás.』

Nosotros, como pueblo de Dios, tenemos el poder más fuerte, pues Dios está con nosotros. ¿Qué dice la Biblia acerca de los ministros de Satanás que blasfeman contra Dios y contra su pueblo? Indica que Dios se burlará de ellos, y que los quebrantará con vara de hierro y como vasija de alfarero los desmenuzará.

Tenemos que soportar hasta que llegue el tiempo indicado de Dios; con fe firme y esperanza en el cielo, debemos ser pacientes hasta el final, practicando el amor de Dios mediante la salvación de las almas que están muriendo. Aunque Satanás nos ponga grandes obstáculos, la victoria será indudablemente nuestra, y no suya. Caminamos en el desierto y seguimos la senda de espinas, llevando nuestras propias cruces; pero este es el camino a la victoria. Obtener la victoria después de vencer las dificultades, será más precioso y brillante.

Dios nos está preparando un lugar en el cielo, y pronto nos encontraremos con él. De ahora en adelante, debemos aprovechar cada oportunidad para buscar a los hermanos y hermanas perdidos, descubriendo la verdadera identidad de los ministros y falsos profetas de Satanás. Manteniéndonos alertas todo el tiempo, procuremos llevar mucho fruto para complacer a nuestro Padre y a nuestra Madre.

Como hijos de Dios, venzamos los obstáculos de Satanás permaneciendo firmes en la verdad con ojos prudentes y perspicaces, y siguiendo siempre a Dios.