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Ninguna parte de los sermones en texto puede ser imprimida o difundida. Por favor, grabe en su corazón lo que ha entendido, para compartir la fragancia de Sion.

Una llamada para despertar al mundo

En la Biblia, podemos ver que muchas almas fueron guiadas a la salvación cuando recibieron una llamada para despertarlos, como el grito de Jonás y la predicación de Pedro.

Así como un gallo canta para anunciar el amanecer y despertar a la gente, el pueblo de Dios debe despertar a este mundo oscuro y tenebroso con la voz de la predicación del evangelio. Espiritualmente, esta es la época de la confusión y las tinieblas. Si no hacemos la llamada para despertar al mundo, nadie podrá discernir esta época espiritualmente. Tenemos que despertar a las almas que están en un profundo sueño con una voz clara y fuerte, alejarlos del infierno adonde están destinados a ir, y guiarlos al cielo.


“De aquí a cuarenta días Nínive será destruida”
- La predicación de Jonás despertó a los hombres de Nínive


Jon. 1:1-17 『Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. […] Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. […] y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.』

Dios envió a Jonás a Nínive, capital de Asiria, diciéndole que pregonara una alarma para despertar a los hombres de Nínive.

El pueblo de Nínive no buscaba a Dios y perseguía a los israelitas. Por eso Jonás pensaba que su vida se vería amenazada si iba a Nínive y predicaba el mensaje de Dios al pueblo. Él tenía la intención de huir a Tarsis. No obstante, tuvo que atravesar un calvario por no haber llevado a cabo su deber como profeta con la misión de despertar al mundo. Finalmente, se arrepintió y fue a Nínive a predicar el mensaje que Dios le había dado.

Jon. 3:1-10 『Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. […] Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. […] Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.』

Cuando Jonás proclamó la llamada que despierta al mundo con la palabra de Dios, todo el pueblo de Nínive, desde el rey, los más de 120 mil habitantes, y hasta los animales, se vistieron de cilicio y ayunaron. El grito de Jonás despertó los sentidos espirituales de los hombres de Nínive, y los guió al arrepentimiento, por lo que pudieron escapar de la destrucción teniendo un resultado final lleno de gracia.


“Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Cristo”
- La predicación de Pedro se difundió a toda Jerusalén


La Biblia nos dice que si no hacemos la llamada para despertar al mundo, este seguirá durmiendo en las tinieblas para siempre. Sin embargo, si damos el grito de alarma, todas las personas del mundo se despertarán del profundo sueño de la muerte. Como Jonás guió a muchos al arrepentimiento, así también Pedro; en un solo día, guió a tres mil personas al arrepentimiento y a confesar sus pecados a Dios.

Hch. 2:14-36 『Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. […] Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.』

Hch. 2:37-41 『Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; […] Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.』

Pedro fue conmovido por el Espíritu Santo y proclamó valientemente la palabra de Dios. Más de tres mil personas que caminaban en las tinieblas, fueron despertadas espiritualmente por su sermón, y recibieron a Cristo.

Dios nos ha dado la tarea de hacer una llamada para despertar al mundo, la misma misión que confió a Jonás y a Pedro. Dios hace que el gallo cante para anunciar el amanecer, y del mismo modo ha dado a su pueblo un talento especial de despertar al mundo. No debemos estar callados, sino ir y despertar al mundo, como el fiel pueblo de Dios.

Si Pedro no hubiera proclamado la palabra de Dios y tan solo hubiera guardado silencio, ¿habría podido guiar más de tres mil almas al arrepentimiento en un solo día? Si no hacemos la llamada para despertar al mundo, la gente no se despertará de su profundo sueño espiritual.


Los atalayas espirituales despiertan al mundo con la voz de Dios

Los santos que creen en Dios han sido designados como atalayas de la verdad. Nuestro deber es hacer una llamada para despertar al mundo.

Ez. 3:17-21 『Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.』

Ez. 3:7-11 『[…] no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde. Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.』

Estas palabras son dadas no solo al profeta Ezequiel, sino a todos los santos que creen en Dios.
Cuando predicamos la palabra de Dios, no debemos añadir ni quitar de ella. Entonces podremos guiar al mundo al arrepentimiento y la salvación.

Ap. 22:18-19 『Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.』

Este versículo nos recuerda nuestra misión de predicar la palabra de Dios tal como es. El mundo está lleno de tinieblas, bajo las cadenas de Satanás, por eso la gente no puede conocer la verdadera voluntad de Dios. Los santos de Dios no deben dejar a este mundo tal como está, sino despertarlo con la palabra de Dios constantemente.


Cristo, el misterio de Dios

Cuando prediquemos el evangelio en Samaria y hasta lo último de la tierra, el evangelio servirá como un llamado de trompeta para despertar al mundo. Cristo es el misterio más grande descrito en las palabras del evangelio.

Col. 1:23-27 『si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. […] el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,』

Estamos viviendo en los últimos días. Para guiarnos al camino de la salvación, Dios nos hizo conocer el misterio más grande, es decir, Cristo. Es la Biblia la que da testimonio de Cristo (Jn. 5:39). Por lo tanto, cualquier pensamiento o filosofía de hombres no debe añadirse. Tenemos que entender la providencia de Dios para la salvación de la humanidad, mediante las palabras de la Biblia, sin añadir ni quitar.

La Biblia da testimonio de Cristo, que es el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, de la siguiente manera:

Ro. 5:12-14 『Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. […] No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.』

Aquí, “el que había de venir” se refiere a Jesús que vendría por segunda vez. La Biblia dice que Adán era figura de Cristo. Esto contiene un gran significado. Dios creó al primer hombre Adán, e hizo a Eva de su costilla. Por eso, cuando la gente hablaba acerca de Adán, su esposa Eva estaba implícitamente mencionada.

Si Adán representa a Cristo que viene por segunda vez, ¿a quién repre-senta su esposa Eva? A fin de conocer acerca de Cristo, el misterio de Dios, descrito en la Biblia, necesitamos encontrar las respuestas a las siguientes preguntas en la Biblia: ¿Por qué Dios creó a Adán y Eva? ¿Por qué hizo a Adán figura de Cristo que había de venir por segunda vez? ¿Y qué relación tiene Eva, la esposa de Adán, con Cristo que ha de venir por segunda vez?


Dios Madre, la Esposa del Cordero

Veamos cómo describe el apóstol Juan a Cristo que ha de venir por segunda vez, que es testificado por Adán en el libro de Romanos.

Ap. 19:6-8 『Y oí […]: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.』

La palabra “Cordero” en Apocalipsis, se refiere a Jesús que viene por segunda vez. El apóstol Juan no solo vio en revelación al Cordero sino también a su esposa. Apocalipsis 21 describe a la esposa del Cordero como sigue:

Ap. 21:9-10 『Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,』

El ángel dijo a Juan que le mostraría a la esposa del Cordero, y entonces le mostró a Jerusalén descendiendo del cielo. Veamos qué relación hay entre la Jerusalén celestial y nosotros.

Gá. 4:26 『Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.』

La Jerusalén de arriba significa la Jerusalén del cielo. Desde el punto de vista de la trinidad, Cristo el Cordero es nuestro Padre. Entonces, la Esposa del Cordero es nuestra Madre espiritual.

Podemos reconfirmar la existencia de nuestro Padre y nuestra Madre espirituales, mediante los escritos de la creación con la que Dios comenzó su plan de salvación de la humanidad.

Gn. 1:26-27 『Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.』

El Dios que creó al hombre no era uno, sino dos, el plural que dijo “hagamos” y “nuestra”. La Biblia dice: “Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. A través de estas palabras, podemos confirmar que existe imagen masculina y también imagen femenina de Dios.

La imagen masculina de Dios ha sido llamada “Padre” por miles de años. En Mateo, Jesús enseñó a sus discípulos a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos” (Mt. 6:9). Entonces, ¿cómo debemos llamar a la imagen femenina de Dios?
En Gálatas, ella es llamada “Madre de todos nosotros”. La Biblia testifica claramente no solo a “nuestro Padre”, sino también a “nuestra Madre”.


La Biblia comienza con Adán y Eva, y termina con el Espíritu y la Esposa

La Biblia dice que el misterio de Cristo ha estado escondido desde los siglos y edades. La palabra “escondido” implica algo que ya existe pero está guardado, y no quiere decir que no haya existido desde el origen. Entender el misterio de Dios es entender la existencia de Dios que ha estado escondida desde los siglos y edades, desde la creación del mundo.

Nuestra vida física es dada por nuestras madres físicas. Del mismo modo, nuestra vida espiritual, la vida eterna, ha de ser dada por nuestra Madre espiritual. Por lo tanto, debemos creer tanto en Dios Padre como en Dios Madre para obtener la vida eterna.

Muchos líderes religiosos de hoy excluyen todos los escritos de la Biblia concernientes a la Madre, e insisten en que Dios Padre hizo solo los cielos y la tierra y creó a la humanidad. Ellos hacen un necio esfuerzo de eliminar las palabras de Dios. Sin embargo, Dios dice que si alguno quita de las palabras de la Biblia, él quitará su parte de la santa ciudad, el reino de Dios (Ap. 22:19). La eterna salvación es dada a los que confían en la palabra de Dios y no en la de los hombres.

En Apocalipsis, el postrer Adán (Cristo, que es el Cordero) aparece con su esposa. Dios Elohim, que aparece al principio de la Biblia, nos revela otra vez su existencia al final de la Biblia, y nos hace conocer todos los misterios que han estado ocultos desde los siglos y edades. Cuando entendamos todas estas verdades, escritas guardando relación desde Génesis hasta Apocalipsis, podremos dar alabanza a nuestro Dios Padre y glorificar a nuestro Dios Madre.

Ap. 22:17 『Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.』

El Cordero y su esposa en Apocalipsis 19 y 21, son descritos como el Espíritu y la Esposa en Apocalipsis 22. Como el Espíritu es Cristo que indica a nuestro Dios Padre, podemos entender que la Esposa es la esposa de Cristo, es decir, nuestro Dios Madre, que aparece en Génesis 1.

La Biblia se compone de 66 libros. Génesis 1 es el primer capítulo de la Biblia, y Apocalipsis 22 es el último capítulo. En Génesis 1, Dios Padre y Dios Madre crearon al hombre a su imagen, diciendo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”, y los crearon varón y hembra. Esos Dioses aparecen como el Espíritu y la Esposa en Apocalipsis 22, y dicen: “Vengan y tomen del agua de la vida”, y nos advierten que no añadamos ni quitemos de sus palabras.


Despierten al mundo con la voz del Espíritu y la Esposa

Necesitamos ver las palabras de la Biblia tal y como son, para que podamos obtener la salvación. El profeta Oseas se lamentó: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Os. 4:6). Como pueblo de Sion, debemos estudiar siempre las palabras de la Biblia y obedecer la voluntad de Dios Padre y Dios Madre, a fin de recibir la vida eterna y la salvación.

Los que quieren vivir según las enseñanzas de la Biblia, deben creer no solo en Dios Padre sino también en Dios Madre. Con este mensaje, debemos despertar al mundo. Si entendemos el misterio de Dios que ha estado oculto desde los siglos y edades, debemos hacer una llamada para despertar al mundo, predicando las buenas nuevas a todas las personas.
Dios nos ha dado una llamada de alerta para despertar al mundo, Así como el gallo canta para anunciar el inicio de un día, nosotros tenemos que despertar al alba. Con la voz de la predicación del evangelio, despertemos a este mundo de tinieblas. “Crea en Dios Padre y Dios Madre, y témalos, y usted será salvo.” Proclamemos este mensaje con una voz más fuerte que la de Jonás y Pedro.