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Ninguna parte de los sermones en texto puede ser imprimida o difundida. Por favor, grabe en su corazón lo que ha entendido, para compartir la fragancia de Sion.

Proclamemos a Dios valientemente

Ahora estamos de pie en medio del cumplimiento de la profecía de que el evangelio de la verdad será predicado en Samaria y hasta lo último de la tierra. Todos nuestros hermanos y hermanas de Sion están deseando ansiosamente llevar diez frutos según el Movimiento de los Diez Talentos. Como hijos de Dios que hemos sido llamados primero, pensemos en qué clase de fe se requiere para el movimiento de salvar al mundo, que Dios nos ha confiado, y qué clase de mentalidad debemos tener a fin de cumplir la misión.

Cuando sigamos la voluntad de Dios, ciertamente obtendremos buenos resultados. Entonces, ¿qué debemos hacer para cumplir la misión de los diez talentos y el deber de salvar al mundo, que Dios nos ha confiado? Para esto, estudiemos las palabras de la Biblia.


Permítame dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio

En la verdad, todo ha de cumplirse según nuestra fe. Dios ha diseñado todos los sistemas espirituales para que funcionen cuando nosotros testifiquemos la verdad con confianza y valentía.

Cuando Jesús salía de una región, dos ciegos lo siguieron, suplicándole que los curara. Jesús les preguntó: “¿Creéis que puedo hacer esto?” y ellos respondieron: “Sí, Señor”. Entonces Jesús tocó sus ojos y dijo: “Conforme a vuestra fe os sea hecho” y la vista les fue restaurada en ese momento (Mt. 9:27-31). Además, sin fe absoluta en la palabra de Dios, no podemos tener valentía, ni podemos experimentar el milagro del evangelio.

Ef. 6:10-19 『Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. […] orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio.』

Si nos ponemos la armadura de Dios y participamos en la obra del evangelio, de seguro podremos ganar muchos más talentos y lograr la obra sorprendente de salvar al mundo. Para esto, es necesaria la fe. “Dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” es el secreto espiritual de la victoria. Esta es la razón por la que la Biblia nos dice que oremos a Dios: “Cada vez que abra mi boca, me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”.

Examinémonos y veamos cómo estamos predicando la verdad ahora. No podemos decir que tenemos fe solo por el hecho de conocer que no podemos ser salvos sin recibir a Dios Elohim. Tenemos que irradiar nuestra fe. Si creemos completamente en este hecho, lo proclamaremos valientemente a las almas desafortunadas que se dirigen a la destrucción eterna sin conocer este hecho, diciéndoles: “Esta es la verdad que ustedes deben saber”.

Vemos que los equipos misioneros de corto y largo plazo siempre predican el evangelio con valentía. Una vez recibí una carta de un jefe de templo de un país del extranjero. Él decía en la carta que los miembros locales obtuvieron mucho entendimiento a través del equipo misionero de corto plazo; aunque habían pasado muchos años desde que el evangelio comenzó a predicarse en ese país, y también había muchos misioneros, ellos no dieron muchos resultados, pero el equipo misionero de corto plazo en solo tres semanas obtuvo resultados que ellos no habrían podido lograr en dos años.

Los miembros del equipo misionero de corto plazo no tenían fluidez en el idioma, y tampoco estaban familiarizados con la cultura y las costumbres locales. No obstante, llevaban muchos frutos. Esto sorprendió mucho al jefe de templo y a los miembros locales, quienes los miraban cuidadosamente. Ellos llegaron a pensar: “Tanto ustedes como nosotros somos miembros de la misma fe, y todos tenemos la misma determinación de salvar al mundo. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre nosotros, los miembros locales, y los miembros del equipo misionero de corto plazo?” Entonces entendieron que había dos características principales en la predicación de los miembros del equipo misionero de corto plazo: una de las características era que el principal tema de su predicación era la verdad de Dios Madre, y la otra era que predicaban valientemente la palabra de Dios, llenos de confianza.

Con gran valor, solo predicaban el amor de la Madre celestial y proclamaban la salvación dada por la fe en la Madre. “Vengan a la Madre celestial y reciban las bendiciones del agua de la vida, siguiendo la enseñanza de Dios. Este es el mensaje que Dios declara a toda la humanidad.” “¿Cómo puede ser salvo sin venir al Espíritu y la Esposa que nos dicen que recibamos el agua de la vida? La Madre celestial nos ha enviado aquí para salvarlos. Esta es la razón por la que ahora estamos aquí.” Con esta confianza, predicaron el evangelio valientemente, estando unidos en pensamiento, por eso pudieron producir estos asombrosos resultados.


La predicación con confianza de los apóstoles de la iglesia primitiva

No necesitamos preocuparnos pensando: “¿Qué pasaría si me malinterpretaran y se negaran a aceptar el evangelio?” Este es un pensamiento erróneo. No debemos dudar al predicar la verdad. Si nos preocupamos por alguna desventaja o algún ostracismo social que podría obstaculizar nuestra predicación, no podemos proclamar con denuedo las palabras de la verdad que Dios nos ha dicho que prediquemos.

Hechos 2 describe el descenso del Espíritu Santo en el día de Pentecostés y la obra de la predicación, inmediatamente después de la ascensión de Jesús.

Hch. 2:38-41『Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.』

Pedro, siendo conmovido por el Espíritu Santo, predicaba la verdad de Cristo valiente y fuertemente. Entonces ocurrió una obra sorprendente: siendo conmovidos por su mensaje, cerca de tres mil personas se arrepintieron y vinieron a Dios ese mismo día.

La valentía viene de la certeza de la fe. Como los apóstoles irradiaban confianza y certeza de la fe, Dios les dio poder para salvar a tres mil o cinco mil personas en un día.

Hch. 4:1-4, 11-20『Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde. Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil. […] Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, […] no podían decir nada en contra. Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.』

Aunque los fariseos y saduceos obstaculizaban sistemáticamente a los apóstoles, el número de los que aceptaban su mensaje aumentó a cinco mil. Cuando predicaban valerosamente la palabra con fe segura, a pesar de los impedimentos y obstáculos, Dios les concedía la sorprendente gracia de la salvación.

Pedro y Juan no dudaron en absoluto, ni siquiera cuando fueron amenazados para que no hablasen o enseñasen a nadie en el nombre de Jesús. Esta fue su respuesta: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. Ellos estaban muy orgullosos y confiados.

Su coraje y valor llegó a ser la fuerza motriz para guiar a tres mil o cinco mil personas al camino de la salvación en un solo día. Sin coraje y valentía, no podemos llevar diez talentos, ni cumplir la misión de salvar al mundo. Debemos ser capaces de testificar la verdad con confianza. Al testificar la verdad, si somos tímidos y perdemos confianza por la situación incómoda o por temor al ridículo ante las personas de nuestro alrededor, nunca podremos salvar un alma.

Es sorprendente que Sion se establezca continuamente incluso en los países que tienen sus propias religiones nacionales que son diferentes del cristianismo. Esto no es algo logrado sin esfuerzo. Los miembros de nuestra familia de Sion continúan predicando el evangelio con una fe segura, a pesar de la persecución y las dificultades de los primeros días de nuestra iglesia, como los apóstoles. Esto llegó a ser una motivación para salvar a muchas personas. Esta fe valiente y confiada es necesaria en nosotros. Con valentía, debemos proclamar a la Madre celestial y jactarnos de ella delante de todas las personas del mundo.


La predicación de Jonás venció el temor

Por medio de la predicación de Jonás, podemos comprender fácilmente qué resultado puede traernos la valentía. Dios ordenó a Jonás ir a Nínive y proclamar valientemente su mensaje a las personas de allá. Jonás era muy temeroso. Nínive era la capital de Asiria, un país idólatra que adoraba a otros dioses y perseguía a los israelitas. En esta situación, Jonás recibió la orden de Dios de ir a Nínive y predicarles una profecía negativa de que Nínive sería destruida en 40 días. Con el pensamiento humano, era obvio que si Jonás hacía esto, difícilmente podría seguir con vida.

Jonás abordó un barco a Tarsis para huir de Dios. Sin embargo, mientras huía a Tarsis, Dios despertó el mar y envió una tormenta violenta. Cuando el barco estaba a punto de hundirse, los tripulantes pensaban que alguien debía de haberprovocado la ira de Dios, y decidieron echar suertes a fin de averiguar quién era el responsable de la calamidad y ofrecerlo como sacrificio. La suerte cayó sobre Jonás, quien fue arrojado al mar. Dios permitió que un enorme pez se tragara a Jonás, y este permaneció dentro del pez por tres días. Estando dentro del pez, Jonás oró fervientemente a Dios arrepintiéndose. Luego, fue vomitado del vientre del pez.

Jonás regresó a tierra firme después de tres días, y fue directo a Nínive. Nínive era una ciudad enorme, de tres días de camino. Sin embargo, Jonás entró por la ciudad, camino de un día, proclamando el mensaje de Dios. Jonás era una persona totalmente diferente después de salir del vientre del pez, a comparación de lo que era antes de entrar en él. Al principio, fue embargado por el temor y no tenía valentía para predicar la verdad y la fiel palabra de Dios. Después, sin embargo, se llenó de valentía para predicar la palabra de Dios sin temer ni siquiera a la muerte.

Mientras él proclamaba el mensaje de Dios con valentía, ocurrió algo inimaginable. El pueblo de Nínive, que no había creído en Dios, escuchó el mensaje de Dios que Jonás predicaba, y empezó a arrepentirse. Todos los ninivitas, desde el rey hasta el pueblo, vinieron a Dios y doblaron las rodillas ante él; ellos no permitieron que ningún hombre o animal, buey u oveja, comiera o bebiera. Dios vio su arrepentimiento y apartó su ira de ellos. Finalmente, por medio de la predicación de Jonás, 120 mil ninivitas pudieron escapar de la destrucción (Jonás 1-4).

Necesitamos esa valentía y coraje cuando testificamos la palabra de Dios. Los que no tienen confianza, aunque reciban la orden de Dios, tratarán de escapar de la situación como Jonás, o querrán tener su propio tiempo en una situación cómoda.

Si creemos absolutamente que hemos recibido la palabra perfecta de Dios y que la palabra de Dios tiene el poder de salvar al mundo, podemos deshacernos del temor. ¿Acaso Jonás no se veía deshonroso al huir del temor, a pesar de haber recibido un mensaje de Dios? Este debe de ser un comportamiento cobarde y vergonzoso a los ojos de los ángeles y también a nuestros ojos. Sin embargo, Dios permitió nuevamente su gracia a Jonás, y le concedió la oportunidad de renovar su valentía. Cuando Jonás obtuvo una fe segura, ya no era la misma persona de antes. Se hizo lo suficientemente valientemente para guiar al arrepentimiento a 120 mil personas con el pensamiento de que moriría con gusto predicando el mensaje de Dios, porque debía haber muerto en el vientre del pez.


Tengamos la valentía y el coraje de la fe

La obra de la salvación ha sido realizada por los seguros. En los días de Gedeón, ¿cómo venció Israel a 135 mil madianitas con solo 300 soldados? Esto fue porque tenían valentía que venía de su fe absoluta en Dios. Viendo la historia de Gedeón y de su ejército que venció en un instante a 135 mil hombres con valentía, y también toda la historia de la salvación, no dudemos en predicar a Dios Madre en esta época. Cuando proclamemos valientemente que ciertamente nuestra Madre celestial Jerusalén está con nosotros en esta tierra y que nos da la salvación, todos, tanto los reyes como el pueblo, sin importar la edad o el género, se inclinarán y se arrodillarán delante de Dios.

Dios hizo que se arrepintieran incluso los malvados, como los ninivitas, por eso, ahora todas las personas de nuestro alrededor ciertamente pueden ser salvas, ¿no es así? Tres mil, cinco mil y hasta 120 mil personas se arrepintieron en un día. Toda esta sorprendente obra fue un milagro que ocurrió por medio de la fe segura. Hubo “valentía” por medio de una fe firme en Dios, la cual permitió que muchas personas cambiaran.

Así como Dios dio a Jonás la misión de proclamar su mensaje, también a nosotros nos ha confiado la misión de predicar el evangelio. Por eso no debemos dudar, sino tener la misma fe que Jonás cuando estuvo dispuesto a morir, y no cuando huyó a Tarsis. Esta es la fe que tuvo el apóstol Pablo en el tiempo de la iglesia primitiva.

Hch. 21:10-13『Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.』

Ya que el apóstol Pablo estaba dispuesto a morir predicando el evangelio, dondequiera que iba se establecía una iglesia y ocurría un asombroso milagro del evangelio. También en estos días, todos nuestros miembros de Sion del mundo entero están haciendo los milagros del evangelio con esta fe segura. Ellos están estableciendo muchas Siones en otros países, porque tienen el coraje de predicar valientemente el mensaje que Dios nos ha mandado proclamar en esta época, aunque no hablen el idioma local con fluidez o no comprendan bien las características de las personas de ese lugar.

Incluso en este momento, muchos equipos misioneros de corto y largo plazo constantemente están regresando o yendo a los países del mundo entero. Cuando van al extranjero, comparten la gracia de Dios con los miembros locales y también llevan muchos frutos. Guiemos a todas las personas al arrepentimiento por medio del amor y de las bendiciones del Padre y de la Madre. Podemos lograr muchas más cosas que Jonás. Con la fe de que podemos hacerlo, llevemos a cabo la voluntad del Padre y de la Madre, para que todos podamos recibir la bendición de los diez talentos.

Dios Elohim nos ha vestido con la armadura del Espíritu Santo y nos ha dicho: “No temas, yo estoy contigo. Te fortaleceré y ciertamente te ayudaré”. Ya que nos han prometido ayudarnos hasta el fin de los días, creamos en su promesa y tomemos la delantera en la sorprendente obra del evangelio que está siendo predicada en cada país y en todo el mundo.