Ninguna parte de los sermones en texto puede ser imprimida o difundida. Por favor, grabe en su corazón lo que ha entendido, para compartir la fragancia de Sion.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra
La buena conciencia y la buena conducta son virtudes básicas que los hijos de Dios deben tener. Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedamos al verdadero arrepentimiento, andando en santa y piadosa manera de vivir al acercarnos al día de Dios, con el fin de que entremos en su reino (1 P. 3:16-17, 2 P. 3:8-13, 3 Jn. 1:11-12).
Ya que vivimos en la época de la generación mala y adúltera, la mayoría de las personas son insensibles a la maldad y les gustan las cosas malas; pero el pueblo de Dios nunca debe conformarse a este siglo (Ro. 12:2). Si piensa que aún tiene algún defecto por no hacer según la palabra de Dios, corrijámoslo para tener un buen aspecto. Deseo que todos podamos vivir según las enseñanzas de la Biblia y de esta manera entremos en el eterno reino celestial sin falta.
La enseñanza de la Madre y el “Premio a la mejor madre”
Cada vez que leemos un buen libro con un contenido valioso, sentimos alegría provechosa en el corazón. En estos días, una palabra que se menciona con frecuencia es “healing” (curación); como esta palabra, Dios cura a las almas heridas que vagan sin saber a dónde ir, y las renueva a través de las enseñanzas de la Biblia. Los hijos conmovidos por esas lecciones, escriben su entendimiento, y por medio de sus escritos nosotros también llegamos a comprender muchas cosas.
En un libro de ensayos titulado “Madre, somos muy felices porque Usted está con nosotros”, hay un artículo titulado “Premio a la mejor madre”. Un día, en la reunión matinal de la escuela, la escritora de pronto vio a su madre recibir el “Premio a la mejor madre” por criar a su hija como una niña ejemplar. Entonces se sintió orgullosa de sí misma porque sus amigos la envidiaban. “La hija ejemplar”, mencionaron en la ceremonia, refiriéndose a ella. Después de regresar a casa, se sintió aún más orgullosa al ser elogiada por las amigas de su madre. Pero cuando cambiaron su mirada hacia su madre, diciendo: “¿Cómo la criaste hasta ser una hija tan buena?”, la escritora quería que le prestaran atención por más tiempo. Cuando pensó que la razón por la que su madre había recibido el premio era su buena conducta, su madre dio gracias a su hija, diciendo: “Mi hija es una buena niña. Esa es la razón por la que recibí el premio”.
Finalmente la escritora comprendió el corazón de su madre que buscaba elogiar a su hija, ocultando su gozo para hacerla más feliz, y que había sido elogiada como una niña ejemplar gracias al amor de su madre. Dios prometió ponernos por alabanza y por renombre en la tierra. Ella comprendió que esto es posible porque la Madre celestial siempre se sacrifica por nosotros criándonos con amor, para que nuestras almas puedan crecer bien. Y termina su artículo con la decisión de ser una hija que muestre la gloria de Dios a través de sus buenas obras en cualquier lugar y en cualquier momento, siempre pensando primero en la Madre que nos guía.
Aunque es una historia corta, es un buen escrito que nos hace comprender que el “Premio a la mejor madre” fue otorgado por la buena conducta y las buenas acciones de la hija que procedieron de las enseñanzas de su madre. En esta historia, la hija pensaba que su madre había recibido el premio por sus buenas acciones, pero finalmente comprendió que ella era lo que era gracias a las enseñanzas y esfuerzos de su madre en el hogar.
Las buenas obras de los hijos principalmente provienen de las lecciones de su madre, por eso es lo más natural que la madre reciba el “Premio a la mejor madre”. Considerando esto desde el punto de vista espiritual, vivamos de manera más piadosa y justa en esta tierra conforme a las enseñanzas de la Madre. Si no llegamos a ser personas buenas y ejemplares ante la gente y los ángeles, ¿cómo podría recibir nuestra Madre el “Premio a la mejor Madre”?
Leyendo este artículo, pensé en que la escritora habría sido una estudiante ejemplar en la escuela y una buena hija en su hogar, siendo ejemplo de todas las personas por su buena conducta. Si ponemos en práctica las enseñanzas de la Biblia dadas por el Padre y la Madre, y vivimos piadosa y justamente, nosotros también podremos ser hijos celestiales que ofrezcan el “Premio a la mejor Madre espiritual” a nuestra Madre del cielo.
Hágase tu voluntad de deshacer la maldad, como en el cielo, así también en la tierra
En la oración que Jesús enseñó a sus amados discípulos cuando vino a esta tierra hace dos mil años, está escrito: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mt. 6:9-10).
Hay muchos hechos cumplidos por Dios en el cielo. Entre ellos, podemos ver una escena en que Dios rechaza la maldad y la expulsa, si leemos el libro de Apocalipsis. Hubo una gran batalla en el cielo, y finalmente el dragón y sus ángeles fueron lanzados a la tierra, al no hallarse ya lugar para ellos en el cielo (Ap. 12:7-9).
Deseamos que la voluntad que Dios hizo en el cielo, se haga también en esta tierra. Para esto, los hijos que recibimos la voluntad de Dios sobre la tierra, sin duda tenemos que esforzarnos por seguir la obra que Dios realizó en el cielo, a fin de rechazar y deshacer la maldad.
Dios nos enseñó a nosotros, sus hijos, que seamos “la luz y la sal del mundo”.
Mt. 5:13-16 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Siguiendo esta enseñanza, seamos la luz del mundo que desvanece las tinieblas, y la sal que purifica al mundo, como hijos celestiales. Debemos vivir practicando correctamente estas buenas enseñanzas en esta tierra, para que todos, no solo la gente del mundo sino también los ángeles y los seres vivientes del cielo, puedan glorificar a Dios Elohim, y nuestro Padre y nuestra Madre del cielo puedan recibir el “Premio a los mejores Padres”.
Una vez más reflexionemos para ver si estamos andando en el camino recto y justo, siendo ejemplos de los demás según las instrucciones del Padre y la Madre celestiales. Aunque toda la gente del mundo ande por el camino torcido, todos los hijos de Sion debemos seguir las enseñanzas de la Biblia y poner en práctica la Lección de la Madre que nos enseña con justicia.
Jer. 17:9-10 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
Dios dijo que dará a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Realmente son muy importantes nuestras palabras y nuestra conducta. Seamos ejemplos como cristianos con nuestras buenas obras, y como los hijos de Dios Elohim con nuestras buenas acciones ante los ángeles del cielo y los seres vivientes de todo el universo, a fin de glorificar al Padre y la Madre celestiales. Esforcémonos por ser los protagonistas de la historia anterior, cuyos padres puedan ser premiados por criar a sus hijos como niños ejemplares con una buena manera de vivir.
Dios escudriña nuestros pensamientos y mente, y conoce nuestro corazón. Ya que Dios ve nuestros buenos pensamientos, nuestros esfuerzos por vivir justamente, nuestras obras y todas nuestras cosas, nos prueba escudriñando nuestros pensamientos y corazón, y da a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
“Sed santos, porque yo soy santo”
Hoy en día, la gente del mundo dice que las personas buenas son insensatas; pero esto no es así. La Biblia nos enseña que nunca debemos ser engañados por estas palabras equivocadas de la gente. No somos “los que pertenecen al mundo”, sino “los que pertenecen a Dios”, los que creen en las palabras de Dios y confían en Él, es decir, somos hijos de Dios (comp. Jn. 15:19, 8:47).
1 Co. 15:31-34 “Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero. Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.”
Si estamos acompañados de malas conversaciones que corrompen las buenas costumbres, nuestros pasos nos conducirán al infierno junto con ellos. Dios nos ama profundamente, por eso quiere permitirnos el honor de ser los sacerdotes reales en el eterno reino celestial, dándonos la vida eterna, las bendiciones y las delicias que nunca perecerán. Por esta razón, Dios desea que evitemos prestar atención a las palabras engañosas de la gente del mundo, o mirar las dulces tentaciones con cosas visibles.
Por esta razón, Dios dijo que no seamos engañados por los malos compañeros. La Biblia nos enseña que ellos, además de corromper el buen carácter, nos tientan a torcer nuestro camino; y que ninguno de los que escuchan sus palabras puede obtener un buen resultado en la vida.
1 P. 1:13-16 “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
Realmente todas las enseñanzas escritas en la Biblia son las lecciones de Dios Padre y Dios Madre para darnos la vida eterna y la salvación, ¿verdad? Ninguna palabra de los 66 libros de la Biblia fue escrita imprudentemente ni registrada sin tener relación con nuestra salvación. Algunos podrían pensar que vivir en esta tierra justa y piadosamente, no tiene ninguna relación con el reino celestial; pero en realidad están relacionados. Ser santos, porque Dios es santo, es la voluntad de Dios para nuestra salvación.
Que glorifiquen a Dios al considerar vuestras buenas obras
Sobre esto también reflexionemos una vez más y pensemos si realmente vivimos siendo la luz y la sal ante nuestra familia, nuestro prójimo y nuestros conocidos que están alrededor.
Las buenas conductas de los hijos glorificarán a la Madre con honor. Además, la voluntad de Dios es restablecer a Jerusalén para ponerla por alabanza y por renombre en la tierra (Is. 60:1-3, 62:6-7). Entonces, para glorificar a nuestra Madre no solo en la eterna patria celestial sino también en la tierra, ¿no deberíamos andar en el camino justo de la fe según las instrucciones de la Biblia, con una conducta correcta y acciones buenas en nuestra vida diaria?
1 P. 2:10-12 “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.”
No solo en la primera venida de Jesús, sino también en esta época, existen murmuradores que difunden todo tipo de rumores malvados sobre la Iglesia de Dios; pero manteniendo buena nuestra manera de vivir entre ellos, Dios desea que ellos también glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar nuestras buenas obras.
Si nos manchamos con una mala conducta, nunca podremos mostrar la gloria del Padre y la Madre celestiales, sino que llegaremos a agraviarles. Si ponemos en práctica las enseñanzas de Dios en el hogar, en la sociedad y en la iglesia, las personas del mundo también comprenderán la gloria de Dios. “Aunque no sé de qué familia es esa persona, su conducta es realmente ejemplar”, “Puedo confiar en la iglesia a la que asiste aquella persona: no tengo ningún conocimiento de la Biblia ni de la iglesia, pero puedo tener confianza en la iglesia a la que él (ella) asiste”. De esta manera, frecuentemente ocurre que las personas de nuestro alrededor nos acompañan a nuestra iglesia.
La conducta es muy importante para los creyentes en Dios. Considerando que una sola palabra pronunciada por nosotros, y nuestra conducta y nuestra mentalidad pueden ser una acción que glorifique al Padre y la Madre, espero que todos ustedes puedan andar siempre en el camino de la justicia y la verdad, apartándose de lo que deben apartarse y siendo sobrios ante lo que deben ser sobrios.
El lino fino de la Esposa es las acciones justas de los santos
Hace dos mil años, el apóstol Juan vio una revelación en la isla de Patmos.
Ap. 19:5-8 “Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”
El vestido de lino fino, limpio y resplandeciente de la Esposa del Cordero, es hecho de hilos, entrelazándolos uno por uno, los cuales son las acciones justas de los santos. No olvidemos que las acciones justas de los santos llegan a ser la gloria, la corona de honra, el lino fino y los adornos de la Madre celestial, que es la Esposa del Cordero (ref. Is. 49:14-18).
Como Dios exterminó a Satanás el diablo y se hizo un mundo de justicia en el cielo, su voluntad también debe hacerse en esta tierra. Debemos deshacer toda la maldad y quitarla. ¿Esta historia no debería ocurrir primero en nuestro corazón, como creyentes en Dios?
Las buenas obras de la hija llegaron a ser el “Premio a la mejor madre”, y este premio fue el resultado de las constantes y excelentes enseñanzas de su madre. Hoy también nuestra Madre celestial desea que nosotros, todos sus hijos, podamos andar en el camino justo, recto y verdadero, ocupándonos en la Biblia según las enseñanzas de las Escrituras. Conforme a todas estas lecciones de la Madre, no somos guiados por el mundo sino que crecemos como hijos de Dios en medio de su palabra.
Aunque esta generación es mala y adúltera, nuestro Dios nos pidió ser la sal y la luz en medio de ellos. Además, nos enseñó que el vestido de lino fino, limpio y resplandeciente que permitió vestirse a la Esposa del Cordero, es las acciones justas de los santos.
La voluntad de Dios se hará en la tierra como en el cielo; por eso, esforcémonos para que nuestra Madre pueda recibir el magnífico “Premio a la mejor Madre espiritual”, siendo sus hijos. Hasta el día de regresar al cielo, seamos la familia de Sion andando cada vez más en el camino justo, el camino recto y el camino de la verdad.